Diciembre nos gustó pa’ que leamos. Y aunque moriríamos por unos prometidos días de inmersión total en el  asueto, sufriremos el dulce tormento de navegar las letras de Tachas 81.

El viaje inicia con Tres tristes tigres en Babel, vueltos declaración de vida por el poeta Edgard Cardoza.

Edwin Yllescas asoma en cierta obra y vida –dicha tal expresión en el error de suponer que éstas pudieran ser algo distinto- en Las tardes del escultor José Leimus.

Desde la hebra de una conversación, César Zamora desentraña su madeja denominada De Villoro a Freire: la pasión vocacional de ser buscador y despegarse de las formas vegetativas de vida.

Julio Edgar Méndez nos regala una Lluvia de espejos con la que ya sabremos qué hacer en este fin de año.

Para seguirnos volviendo Agua la boca, María Luisa Vargas San José discurre sobre los placeres en El paraíso barroco de la cocina conventual.

En el tramo final Max Santoyo se permite poemar sobre una Victoria, y en la meta, -jaime Panqueva se refiere a Doble Filo, de Mónica Lavín.

¿Remontaremos el placer?