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Prolegómenos para una sociedad en 'La autopista del sur' de Julio Cortázar

Ensayo de Jesús Gibrán Alvarado Torres

Tachas 01
Tachas 01
Prolegómenos para una sociedad en 'La autopista del sur' de Julio Cortázar

 

Por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo
miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante.
Julio Cortázar

Julio Cortázar, autor perteneciente a una generación de escritores que revolucionaron las letras de habla hispana en nuestro continente a mediados del siglo XX, nos ha legado un acervo cultural que se ha transmitido por medio de sus escritos y que va más allá de éstos; de este modo, la sencillez lograda en textos como las instrucciones en Historias de cronopios y de famas, la prosa poética en Rayuela, recuérdese el capítulo 7, y los recursos literarios en cuentos como Carta a una señorita en París o La salud de los enfermos, por mencionar algunos, son ejemplo del alcance y el trasfondo social que esboza el imaginario del Cronopio argentino, pilar del boom latinoamericano.

La vigencia de los relatos de Cortázar nos permite escudriñar en cada unas de sus páginas y encontrar situaciones que forman parte del contexto cotidiano del siglo XXI, el autor muestra mundos imaginarios que están al alcance del lector, puesto que él forma parte de ellos, asiste, como en La continuidad de los parques, a un déjà vu interno; los personajes se moldean junto con el espectador, que va siguiendo el hilo que lo lleva al génesis de la humanidad. Uno de los cuentos que puede ejemplificar esta aseveración, forma parte del libro Todos los fuegos el fuego, publicado en 1966.

La autopista del sur, primer relato de dicho libro, plantea la generación de un microcosmos, donde deben florecer las relaciones humanas para que los individuos que forman parte de él puedan sobrevivir; Cortázar juega y utiliza las marcas de automóviles como metáfora, quizás para reforzar la idea sobre el papel de las máquinas en la era moderna, aspecto social que ya se auguraba a principios del siglo XX en otras expresiones artísticas como el cine con Metrópolis (1927) de Fritz Lang, o Modern times (1936) de Charles Chaplin.

La relación para que se forme esta sociedad no es rápida ni espontánea, el proceso de ésta comienza conforme cada uno de los autos (personas) comprende que la situación de “aislamiento” se hace más evidente, el carro funciona como protección, es la indiferencia hacia lo externo, sólo cuando el calor se vuelve insoportable y la falta de víveres empieza a hacer mella es necesario interactuar y dejar la indiferencia. Es así como funciona la sociedad, los individuos deambulan por las calles con un halo de soledad a cuestas que los excluyen de la interacción entre las masas, el desinterés hacia el prójimo es evidente, sólo una catástrofe podría ser el aliciente necesario para reorganizar el estatus social, como es el embotellamiento en la autopista que conduce a París.

El tiempo y la espera en un panorama que se torna desalentador son estímulo para que se dé el primer paso, la interacción; mientras cada uno de los pasajeros comienza a analizar la situación con miradas hacia los demás automóviles, donde por medio de las expresiones faciales se trata de formar una idea de cómo son los otros conductores, se prevé una relación que forma parte del móvil que guía la narración hacia el primer nexo palpable, la muchacha del Dauphine y el ingeniero del Peugeot 404, amistad que funge como iniciadora de la colectividad.

El intercambio de puntos de vista abre la posibilidad de que se formalice una asociación, esto conlleva tiempo de análisis, como sucede en La autopista del sur, en nuestros días este punto crítico para la formación del diálogo parece estar bloqueada o carece de interés para la mayoría de las personas, se ha formado un individualismo que no explota las capacidades de observación que conduzcan al mejoramiento personal y colectivo, es por eso que cada vez es más difícil entablar conversaciones que lleven a poner en tela de juicio los aspectos que han modificado la forma de vida, digamos, de los años 60 hasta nuestros días.

La visión contemporánea de La autopista del sur hace que nos preguntemos hacia dónde se dirige la sociedad en cuanto a la interacción y la cultura de la convivencia, que se ha olvidado con el paso de los años, el texto muestra la facilidad con que se pierden los lazos que conectan a los individuos, pero más allá de las consecuencias de la ruptura siempre hay algo que subsiste y que posiblemente sea el recuerdo de haber estado con alguien en algún momento determinado, es lo que pretende este texto, aludir al análisis de los cambios de nuestro tiempo con la finalidad de proponer un diálogo que forme parte de ese retorno a la discusión enriquecedora.

Julio Cortázar, en este relato muestra una colectividad que se transforma con el paso de los días, es movida hacia la interacción por medio de las necesidades que se crean durante el embotellamiento, y es palpable que la unión es la vivificadora de ese ánimo de trascendencia que se vislumbra en los personajes por medio de la ayuda que se proporcionan, de ahí surge el movimiento necesario que los lleva a su destino, París, pero con diferentes rumbos; es evidente de que ese propósito no se hubiese logrado de no haber sido por la conformación de la convivencia social, el trabajo en equipo es el aliciente necesario para que la individualidad se fortalezca y pueda elegir el camino adecuado, aspecto que se debe recuperar en la ciudadanía contemporánea.